Es una bendición cuando leemos la palabra de Dios; y mas aun cuando queda guardada en nuestros corazones para luego ponerla en practica dándole de esta manera la honra y la gloria a nuestro Dios con nuestras acciones. Andemos pues con rectitud y temor a Dios, asegurando de esta manera que nuestros nombres sean inscritos en el libro de la vida y un lugar en el reino de los cielos. No por obras, ni por méritos propios, sino por la gracia de nuestro señor Jesucristo.
Con la ayuda del Señor Jesús la leo a diario y el me ha revelado su Palabra.
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