miércoles, 25 de diciembre de 2013

Nuestra felicidad no depende de una cuenta de ahorros, ni de ninguna clase de bienes materiales, nuestra felicidad proviene de Jesucristo morando en nuestros corazones, por habernos regalado salvación y vida en abundancia, es decir la vida eterna. ¿Habrá motivo para estar tristes?


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