Andemos conforme al Espiritu, pues los deseos de la carne son enemistad contra Dios, y los que viven conforme a la carne no pueden agradar a Dios. Fortalezcamos nuesta vida espiritual, andemos rectamente delante de Dios, porque el ocuparse del Espiritu es vida y paz, ocuparse de la carne es muerte y condenacion espiritual.
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